Diana Ríos, una anfitriona que disfruta su labor

Person in a red outfit sitting on a bed in a sunlit room with plants and curtains.

Diana Ríos tiene 56 años, lleva toda su vida en la Ciudad de México, en la colonia Aragón, y 4 años abriendo las puertas de su casa con la plataforma de Airbnb. Recuerda cuando iba a casa de su abuela materna, Tomasita, ella le contaba que antes en la zona había ríos fluídos. Diana Ríos conoció a su esposo, Óscar, desde que su mamá la mandaba por jamón y él atendía la tienda familiar. Está muy agradecida con sus hijos, por haberla animado a compartir su hogar con la plataforma de Airbnb.

“Airbnb ha sido un cambio muy positivo para mí. Vino un día Kevin a visitarme, lo abracé y le dije, -hijo, gracias, ahora soy más independiente, tengo más libertad-. ¿Sabes cómo me sentí? Satisfecha, orgullosa de mí porque muchas veces no hacía las cosas por temor, por miedo. Mi hijo me impulsó, mi hija también, mis hijos. Y lo estoy logrando, estoy creciendo como persona. Nuestros hijos nos enseñan a ser mejores, a perder todos esos miedos”.

Disfruta mucho estar en su casa y compartirla con personas muy variadas, de las que siempre aprende algo. Ha hecho muchos amigos; ha coincidido con otras maestras de niños, como ella lo fue hace tiempo; ha aprendido hábitos saludables de alimentación para tratar su artritis. Y así como ella se beneficia, busca que los comercios locales también se beneficien con la llegada de viajeros.

“Tengo folletos de los restaurantes, de los cafecitos, de lo que pueden visitar los viajeros. Está una farmacia, está una tienda de fruta, el mercado está a 10 minutos caminando. Les recomiendo que vayan a desayunar, que vayan a comprar, que vayan a caminar por los andadores”.

Su hermana Selene y su hermano Arturo también abren las puertas de sus hogares con Airbnb, lo que se ha convertido en una forma de apoyar la economía familiar. El cuidado de los demás es algo que heredó de su abuela, de su ciudad y de su país.

“Me acuerdo que mi abuela era muy cariñosa, muy atenta, muy cuidadora. Un mexicano muestra la empatía con todo el mundo, un mexicano recibe a la gente con los brazos abiertos siempre, y brinda lo mejor de una atención, lo mejor de una amistad, lo mejor de una casa. Mi casa es tu casa”.

A Diana le gusta recibir gente en su casa y disfruta cada parte del proceso, como decorar, cuidar a sus huéspedes y dar siempre las mejores recomendaciones para que mucha gente conozca lo que más ama del lugar en el que ha pasado toda su vida y que tanto orgullo le causa: la Ciudad de México.