El impacto real de Airbnb en la Ciudad de México
Airbnb es una plataforma responsable que busca de manera permanente un marco regulatorio innovador, justo e incluyente, que proteja los derechos de sus usuarios a ser anfitriones y abrir su hogar para ofrecer el servicio de Estancia Turística Eventual, siempre en convivencia armónica con las comunidades locales.
En este sentido, resulta fundamental la difusión de datos sólidos y evidencia verificable que da cuenta del impacto turístico, económico y social de la actividad en la Ciudad de México, así como el fomento al diálogo constructivo con todos los actores del sector para desarrollar soluciones regulatorias efectivas que maximicen los beneficios del turismo colaborativo tanto para los habitantes como para el gobierno de la capital.
Menos del 1% del inventario de vivienda
De acuerdo con un estudio reciente de Alquimia Urbana, una consultora independiente especializada en el análisis de datos urbanos y territoriales en México, existen más de 3 millones de viviendas que el INEGI contabiliza en la capital, mientras que el inventario activo en Airbnb ronda las 26,500 unidades, es decir, menos del 1% del total de viviendas. En contraste, más de 200,000 viviendas se encuentran abandonadas en toda la ciudad, una cifra superior al total de hogares en toda la alcaldía Benito Juárez1.
Hospitalidad hogareña: capitalinos abren sus puertas para impulsar la economía local
La comunidad de anfitriones en la CDMX está conformada principalmente por personas que comparten sus propios espacios habitacionales. Tres de cada cuatro anfitriones ofrecen un sólo alojamiento, mientras que más del 10% ofrece únicamente dos espacios2. Además, únicamente para tres de cada diez anfitriones, el alojamiento que brindan a través de Airbnb es su principal fuente de ingresos; para la gran mayoría, el alojamiento que ofrecen a través de la plataforma constituye un ingreso complementario, no su actividad económica principal3. Asimismo, casi el 15% de anfitriones tiene más de 60 años, lo que refuerza el perfil familiar y personal de esta actividad económica local4.
Más allá del alojamiento, Airbnb es un canal de activación económica para miles de negocios de barrio. Por cada peso que un huésped gasta en alojamiento, deja casi cuatro pesos adicionales en restaurantes, transporte, comercios y actividades turísticas5.
- Nueve de cada diez de los anfitriones recomiendan restaurantes y cafés a sus huéspedes, y aproximadamente el 90% lo hace con lugares dentro de su misma colonia.
- Más de la mitad ha contratado servicios de limpieza profesional y más del 65% ha trabajado con plomeros, electricistas y/o carpinteros para mantener sus espacios6.
- En 2024, la actividad de Airbnb generó un impacto económico de más de $22,000 millones de pesos en la CDMX e impulsando ingresos para más de 46,000 personas en sectores como alimentos, transporte y comercio7.
Democratizando el turismo: mexicanos conociendo México
En 2024, 6 de cada 10 reservaciones realizadas en Airbnb en la Ciudad de México fueron hechas por viajeros nacionales8. Muchas de estas visitas responden a eventos culturales, deportivos o de salud. Según un estudio de IPSOS, más del 40% de los jóvenes entre 18 y 27 años planean viajar para asistir a conciertos y festivales, buscando opciones accesibles y bien ubicadas9. Airbnb permite que más mexicanos conozcan su país, más allá de las zonas tradicionalmente turísticas, beneficiando y promoviendo nuevos destinos que son beneficiados por esta actividad.
Por una regulación responsable y equilibrada pensada en los anfitriones
Desde 2017, Airbnb ha retenido y entregado más de 650 millones de pesos en concepto de Impuesto sobre el Hospedaje en la CDMX10. La plataforma fue pionera en América Latina en establecer este modelo de contribución fiscal, que hoy se replica en múltiples ciudades del país.
Airbnb ha manifestado reiteradamente su disposición a colaborar en el diseño de una regulación clara, justa y proporcional, que reconozca la actividad de los anfitriones y garantice la transparencia para todos los actores involucrados.
La Unión Europea (UE) llegó a un acuerdo general sobre los principios a seguir para el desarrollo de regulaciones para alojamientos a corto plazo a través de plataformas que propone el entendimiento del mercado a través de la recolección de información por parte de dueños, propiedades ofrecidas y todas las plataformas digitales que ofrecen estos alojamientos para respaldar la formulación de políticas basadas en evidencias, en vez de limitar su operación desde un inicio. Los principios establecidos son:
- Un procedimiento de registro en línea, sencillo y uniforme, para las propiedades de alquiler a corto plazo en las jurisdicciones que lo requieran.
- Obligaciones de las plataformas para ayudar a verificar que la información compartida sea correcta y transmitir mensualmente datos de la actividad a las autoridades.
Límites en Nueva York disparan aumento del 50% en hoteles
El caso de Nueva York ofrece una lección importante. Tras la implementación de una regulación punitiva y altamente restrictiva, se eliminó el 80% de los anuncios de estancias temporales. Esto no resolvió el problema de vivienda; por el contrario, incrementó el mercado informal y disparó las tarifas hoteleras en más de 50%11.
La Ciudad de México merece una discusión basada en datos, no en estigmas. Prohibir sin entender no solo afecta a miles de familias que dependen de esta actividad, sino que también debilita al ecosistema turístico de la ciudad y limita las opciones disponibles para quienes la visitan.
A más de 20 meses de su entrada en vigor, la regulación que limita drásticamente la oferta de estos alojamientos ha generado un mercado informal con presencia en sitios web de terceros no regulados, impactando en la recaudación fiscal y generando mayores riesgos en seguridad para los usuarios (tanto dueños, como anfitriones y huéspedes) al no contar con medidas de protección como los seguros que ofrecen algunas plataformas como Airbnb.
La Ciudad de México necesita una regulación que permita compartir, no cancelar las oportunidades de prosperidad. El problema de la vivienda en la Ciudad de México requiere de soluciones de fondo y discusiones basadas en datos y evidencias. Se requiere una regulación no sustentada en prohibiciones, sino en el respeto de los derechos y la transparencia de las obligaciones.
El análisis completo se puede encontrar aquí.
