Lety Godoy, amor por la Ciudad de México

Lety Godoy nació en la Ciudad de México, como todas sus hermanas: Carmen, Margarita, Consuelo, Beatriz, Cristina, Patricia, Guadalupe, Claudia y Berenice. Leticia vive con su marido Ricardo en la colonia Del Valle, en una zona mayormente habitada por gente mayor. Se casaron en su amada ciudad hace 10 años. El día de su matrimonio, Lety se presentó con el juez cargando carpetas del trabajo; y Ricardo, con el carrito del mandado. Más tarde, llegaron a casa y festejaron con sus primeros huéspedes en Airbnb.

“Es curioso cómo las cosas se van sincronizando, llegan a nuestro espacio personas con las que había una comunión increíble, nos apoyaban y nosotros a ellos. Ricardo cae enfermo y justo nos reserva una mujer médica, ella nos asesoró. Nuestra relación con Airbnb siempre ha sido profunda”.

En 2019, después de 25 años trabajando en la misma empresa como gerente de diseño de mobiliario, Lety perdió su empleo y, según ella, Airbnb ha sido muy importante para obtener ingresos que les ayudan a cubrir los gastos de ambos.  

“Airbnb nos ayudó a obtener ingresos extra para pagar los gastos básicos que teníamos. Estos ingresos nos ayudaron a subsistir, porque después vinieron la pandemia, enfermedades, tuvimos pérdidas familiares. Airbnb fue nuestro trampolín y nuestra salvación”.

Lety y Ricardo disfrutan mucho explorando la ciudad, son usuarios del transporte público y le explican a sus huéspedes cómo utilizarlo. Llevan diez años compartiendo información turística de forma personal y humana.

“Uno de mis objetivos principales es que se vayan amando a la Ciudad de México. Amo mi ciudad y la presumo mucho. Tenemos una lista con comerciantes locales que le están echando muchas ganas y nos gusta mucho apoyarlos. Muchas veces nos vamos como turistas en nuestra propia ciudad para poder recomendar”.

También hacen interiorismo con reciclaje: rescatan objetos que ya terminaron su vida útil y les dan un segundo uso, contribuyendo con el medio ambiente. Airbnb les ayuda a obtener hoy en día la mitad de sus ingresos y representa una forma de compartir el cariño que le tienen a su ciudad.

“Recibir gente nos ha ayudado a expandir nuestra mente. Es como viajar a través del mundo, abriendo las puertas de nuestra casa. Realmente amamos esto y cada vez le echamos más ganas. Airbnb nos ha ayudado en todos los sentidos: a ser más generosos, más consecuentes, más prudentes, más empáticos. La comunidad en Airbnb representa un gran apoyo, siento que no estamos solos”.