Airbnb invita a Barcelona y Cataluña a aplicar un nuevo marco regulatorio que se adapte a la normativa europea
Airbnb ha enviado hoy una carta al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en la que invita a sus gobiernos a trabajar bajo el marco normativo europeo (EU STR) en la regulación de alquileres de corta duración. Airbnb reclama también al Ayuntamiento y a la Generalitat que la regulación esté fundamentada en datos reales de actividad, en lugar de señalar a los alquileres de corta duración como el único responsable de los problemas derivados del turismo de masas y la falta de vivienda.
El nuevo marco europeo establece reglas claras sobre cómo las plataformas y las administraciones deben compartir información y simplifica el proceso de registro de los anfitriones. Airbnb ha respaldado esta normativa europea, que facilitará que las autoridades tengan acceso a los datos necesarios para aplicar normas justas y proporcionadas. Sin embargo, a solo tres meses de la entrada en vigor del Real Decreto que da forma a esta normativa europea en España, Airbnb ha manifestado su preocupación por la aparente falta de disposición de Barcelona y Cataluña a la hora de establecer reglas más justas y equilibradas que reconozcan los beneficios de esta actividad. Los alquileres de corta duración generan oportunidades económicas para los pequeños comercios locales, ayudan a dispersar el turismo hacia zonas rurales y facilitan que las familias catalanas puedan viajar de manera asequible.
En 2014, el Ayuntamiento de Barcelona introdujo una moratoria sobre nuevas licencias de alojamiento turístico que restringía drásticamente la capacidad de los ciudadanos de a pie para compartir sus hogares. Los defensores de esta medida afirmaron que era necesaria para hacer frente a los problemas de vivienda y masificación turística. Transcurrida más de una década, los datos oficiales muestran que, aunque el número de alojamientos a corto plazo ha disminuido, los problemas relacionados con la vivienda y el turismo masivo son peores que nunca. Asimismo, mientras la ciudad se enfrenta al desafío del turismo de masas, las autoridades han seguido promoviendo planes para construir nuevos hoteles1.
En Cataluña, el Decreto Ley aprobado en noviembre de 2023 facilita que centenares de municipios apliquen restricciones sin tener en cuenta que las viviendas de uso turístico juegan un papel fundamental en el desarrollo económico y que mucha de esta actividad es ocasional (familias que alquilan su casa de verano). Lejos de resolver la escasez de vivienda, esta normativa dificultará que los ciudadanos de a pie puedan compartir sus hogares, afectando negativamente a destinos rurales menos concurridos y a los comercios de esas localidades. Además, limitará la capacidad de muchas familias catalanas para viajar a esos destinos.
Airbnb pide a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona que apuesten por una regulación alejada del turismo masivo que impulsan los hoteles, que evolucione hacia un modelo más equilibrado, en el que los ciudadanos puedan beneficiarse directamente del turismo.
Propuesta para Cataluña y Barcelona: principios para una regulación justa y sostenible del alquiler turístico
1. Regulaciones proporcionadas, justificadas y basadas en datos
La regulación de los alquileres de corta duración debe basarse en datos reales de actividad y responder a objetivos concretos y alcanzables. El marco europeo obliga a los estados a implementar un sistema de registro sencillo y con un ‘Punto Único’ a nivel nacional para compartir información entre plataformas y administraciones. Airbnb quiere reforzar la colaboración con las autoridades catalanas mediante la adhesión de Cataluña y Barcelona a este punto único.
El último censo de viviendas del INE2 muestra que el número de viviendas vacías en Barcelona es casi ocho veces superior al número de licencias de de viviendas turísticas en la ciudad. Políticas destinadas a solventar estas y otras problemáticas podrían aumentar la oferta de vivienda asequible más que la prohibición de toda una actividad económica.
2. Diferenciación por zonas y por actividad
Las restricciones deben aplicarse en aquellas zonas donde los problemas de acceso a la vivienda y de masificación turística estén debidamente justificados, no de manera indiscriminada.
Mientras que algunas áreas del centro histórico de Barcelona y otras zonas de Cataluña se enfrentan a estos desafíos, la realidad es distinta en el resto del territorio. En Cataluña, el 45% de los municipios no cuenta con oferta hotelera3 y la actividad de los viajeros y los huéspedes en Airbnb puede contribuir a generar en estos municipios nuevas oportunidades económicas. Por ello, Airbnb propone trabajar con las autoridades catalanas para desarrollar una normativa que incentive la dispersión del turismo, promoviendo viajes fuera de los destinos más saturados y en temporadas menos concurridas.
Además, Airbnb considera que la normativa debe distinguir claramente entre anfitriones profesionales y aquellos anfitriones ocasionales que de manera esporádica alquilan su primera residencia o su casa en el pueblo. La mayoría de los anfitriones en Cataluña4 son particulares o familias que comparten una única propiedad. En 2024, los alojamientos enteros en Airbnb en Cataluña se alquilaron menos de 40 noches al año y casi el 90% de los anfitriones en la región afirman que la vivienda que tienen anunciada pertenece a la familia5. El alquiler ocasional aporta ingresos extra a las familias y no afecta a la oferta total de vivienda disponible.
3. No discriminación entre servicios de alojamiento
Cualquier restricción que busque proteger la vivienda y controlar la masificación turística debe incluir a la oferta hotelera.
La alta densidad de hoteles y de cruceros suelen tener un impacto mayor en los desafíos locales que el alquiler de corta duración. Los hoteles, que concentran la actividad turística en los centros urbanos, también compiten por suelo y recursos con el mercado de vivienda. En Cataluña, sólo 15 municipios —todos en la costa concentran el 70% de las plazas hoteleras6. En Ciutat Vella (el “casco antiguo” de Barcelona), donde el impacto del turismo masivo se muestra más evidente, hay seis veces más plazas hoteleras que plazas de alquileres de corta duración7,8.