La muchacha del vestido amarillo
Nueva Orleans, Luisiana
Una laberíntica mansión sureña encierra un antiguo misterio: la aparición de una joven de pelo oscuro que se resiste a marcharse.
Situada en el corazón de Garden District, la mansión Parks-Bowman ya ha alojado a numerosos huéspedes, pero también es el hogar de una presencia más bien inmaterial. La describen como una joven de pelo negro como el ébano ataviada con un largo vestido amarillo. La chica, aficionada a caminar de un lado para otro al ritmo de una ligera cojera, canturrea canciones de cuna y, de vez en cuando, se dedica también a esconder gafas.
Adrienne Parks, la anfitriona, se mudó a la casa en 2005, pero no oyó hablar de las apariciones hasta que escuchó lo que se contaba por el vecindario. Se enteró de que la joven misteriosa era una presencia buena, que además resultó ser una excelente compañera con quien compartir su hogar. «Una vez, un amigo vino de visita y se quedó en la habitación encantada», recuerda. «Una día, tuvo una pesadilla terrible y sintió cómo alguien le hacía el boca a boca. Fue ella quien lo reanimó».
Hurgando en los 130 años de historia de la mansión, Adrienne descubrió que sus primeros habitantes habían sido los miembros de una familia numerosa y próspera. El cabeza de familia tuvo siete hijas y dos hijos. Por lo que se cuenta, todos vivieron felices allí durante muchos años. Las hijas fueron casándose una a una y abandonando la casa familiar. En un momento dado, la vivienda cambió de manos. Se convirtió en una pensión y, según cuentan las malas lenguas, en una casa de dudosa reputación. Finalmente, cayó en el abandono, aunque se recuperó más tarde. Con el paso de las décadas, el fantasma de la chica de pelo oscuro no dejó de aparecerse.
¿Pero quién es ella? «Puede que la respuesta esté en la leve cojera del espíritu», comenta Adrienne. «La hija menor era sin duda la favorita, la pequeña de la familia», nos cuenta. La desgracia cayó sobre ella tras sufrir un accidente de carruaje que le dejó secuelas para caminar. La chica murió muy joven tiempo después al dar a luz y fue enterrada junto a su padre en la propiedad familiar.
Aunque es un fantasma amigable, nadie ha resuelto aún el misterio de por qué sigue deambulando por la casa. Tampoco se sabe qué busca exactamente. Lo que tienen claro en Nueva Orleans es que «Se trata de un lugar en el que la frontera que separa el mundo visible del invisible es apenas perceptible», señala Adrienne. «Aquí se dan ciertas sincronicidades y algunas coincidencias extraordinarias. Y todo ello coexiste de forma muy positiva».
Es nuestro lugar preferido de Nueva Orleans. La ubicación es ideal y la mansión, perfecta. Es un lugar extravagante y divertido que algunas veces te hace cuestionarte tu propia percepción.
Michael, huésped de Florida
El hospicio de los soldados
Gettysburg, Pensilvania
En una granja transformada en hospicio de este venerado enclave histórico, aún se nota la presencia de los soldados de la Guerra de Secesión.
En la actualidad, Historic Civil War Farm House parece el lugar perfecto para ir de pesca, recoger flores silvestres o pasar un tranquilo día de verano. Sin embargo, hace más de 150 años, esta mansión de piedra fue el escenario de un momento de desesperación inimaginable. Según los habitantes del lugar y los visitantes, el eco de aquel sufrimiento ha llegado hasta nuestros días.
Todo se debe a la ubicación de la casa, situada en Gettysburg, uno de los principales campos de batalla de la guerra más sangrienta de la historia de Estados Unidos. Al terminar la Guerra de Secesión, decenas de miles de soldados confederados muertos o gravemente heridos fueron transportados a través de una de las avenidas principales de la ciudad: «Una columna de cañones, caballos, cuerpos y soldados heridos se arrastraba a lo largo del camino. La devastación era absoluta», cuenta la anfitriona, Stephani Maitland.
En esta población de 2.000 habitantes, todas las viviendas que había a lo largo del camino se convirtieron en hospitales improvisados donde se intentaba aliviar el dolor de los heridos y se enterraba a los muertos, muchos de ellos en el terreno donde se encuentra la casa de Stephani. Fue en ese lugar donde, durante siete u ocho semanas, doctores y enfermeras de campaña trabajaron entre hileras de soldados atendiendo a los moribundos que gemían y gritaban.
Aunque de forma apenas perceptible, aún se puede escuchar a estos jóvenes desafortunados. Los visitantes hablan de apariciones, pasos y sensaciones inexplicables. Stephani dice que su familia no supo nada acerca del pasado tortuoso de la casa hasta años después de haberse mudado allí, cuando se hicieron más evidentes algunos extraños sucesos.
«Cuando mis hijos eran pequeños, uno de ellos se despertó en el suelo envuelto en una manta diciendo que alguien lo había estado vigilando», recuerda. Otras personas afirman haber visto a hombres vestidos con botas, pantalones y chaquetas azules: el uniforme de los soldados confederados. No conocen la identidad de los soldados caídos entre las miles de vidas que se perdieron, pero Stephani cree que vienen para ofrecer consuelo, no para atormentar a nadie, lo que ha hecho que la vivienda se haya convertido en un destino muy popular para viajeros que quieren pasar unas vacaciones y para los cazadores de fantasmas.
El alojamiento está muy limpio, tiene una bonita decoración y es un lugar donde se está verdaderamente a gusto. A mí me despertó un ruido en mitad de la noche, parecido a unos pasos muy fuertes. Fue muy emocionante.
Sophie, huésped de Sídney, Australia
La dama que espera
Lombardía, Italy
Encerrada por un padre cruel, una muchacha con el corazón roto sigue llorando la pérdida de su amado más de cinco siglos después.
En la finca del castillo Dal Pozzo, hay una torre elevada donde se siguen escuchando suspiros en lo más profundo de la noche y desde la que una silueta difusa vigila sus dominios. Esta presencia tiene nombre: Barbara. A sus más de 500 años, aún está recuperándose de su mal de amores.
Su amante fue un capitán llamado Matteo, que había sido destinado al castillo en 1467 para ayudar al Duque de Milán a defender la región a causa de una batalla que se desarrollaba no muy lejos de allí. Barbara era una joven conocida por su belleza, virtud y generosidad, y su padre le había prometido su mano a un vecino para consolidar una importante alianza política.
Pero fue con Matteo con quien surgió el amor verdadero. Al ver a Barbara por primera vez, tampoco él pudo resistirse a su encanto. El vínculo fue mutuo y la pareja buscó la forma de avivar furtivamente su pasión entre las amplias galerías del castillo. Finalmente, se encontraron a escondidas en la capilla del castillo, donde se juraron amor eterno y sellaron su unión con un beso.
Lamentablemente, «las promesas de amor que se hicieron cayeron en saco roto», dice Aimone dal Pozzo, el anfitrión del castillo familiar.
La partida inevitable de Mateo se iba acercando, así que Barbara planeó fugarse con él. Sospechando que se avecinaban problemas, el padre de Barbara le plantó cara a su hija. Le ordenó que olvidara a Matteo y la encerró en la torre del castillo. Tras esto, se dispuso que Matteo partiera y se exiliara en Francia, donde acabó casándose con otra mujer.
Barbara nunca supo nada de todo esto y esperó en vano el regreso de su amado. Los días fueron convirtiéndose en semanas, y después en meses, pero ella se negó a abandonar la torre, a comer e, incluso, a ver a su madre, y, poco a poco, la fue consumiendo la desesperación.
Aimone cree que Barbara sigue esperando.
Algunos dicen haber visto una silueta mirando a través de la ventana, como si hubiera alguien contemplando el lago: la creencia popular es que se trata del espíritu de la hermosa Barbara, que vaga sin descanso por la torre del castillo en busca de su amor perdido.
Aimone dal Pazzo, anfitrión
La distinguida joven que murió dos veces
Buenos Aires, Argentina
Una distinguida aristócrata se enfrentó a una muerte atroz (dos, para ser exactos). Ahora deambula interminablemente por un cementerio velando por sus demás habitantes.
En el corazón de uno de los barrios más chic de Buenos Aires, se encuentra el Cementerio de La Recoleta, cuya inquietante presencia contrasta con los elegantes restaurantes y tiendas de la zona. En él están enterrados Eva Perón y muchos otros personajes importantes de la historia argentina, aunque también se cuentan terribles leyendas acerca de este lugar.
Una de las más famosas habla de una mujer, Rufina, a quien su madre descubrió sin vida cuando acababa de cumplir 19 años. O eso pensó ella.
Nacida en el seno de una acaudalada familia, Rufina debía convertirse en la heredera de una gran fortuna ganadera. Era una aristócrata llena de vitalidad de principios del siglo veinte, e iba de camino a un espectáculo cuando se desplomó súbitamente. Algunos dicen que fue debido a la impresión que le causó enterarse de un terrible secreto; otros afirman que su madre le había suministrado tranquilizantes, pero los médicos no tardaron mucho en dictaminar que un ataque al corazón le había producido la muerte en el acto. Se organizó un funeral y el cuerpo de Rufina fue depositado en un mausoleo ornamentado del cementerio.
Días más tarde, empezó la pesadilla. Un trabajador se dio cuenta de que el ataúd se había movido y de que la tapa estaba agrietada y rota. Al mirar en su interior, descubrió algo espeluznante: Rufina había intentado salir arañando la madera. Entonces, su corazón aún latía con vida. La habían enterrado viva y había muerto de nuevo a causa del agotamiento y la conmoción.
En La Recoleta, aún se puede ver la representación que se hizo en memoria de la joven, en la que aparece con la mano posada sobre el picaporte de la entrada del sepulcro. Algunos dicen que su espíritu sigue ahí, vagando por el cementerio durante la noche y abriendo la tapa de los ataúdes de otros muertos para asegurarse de que nadie más sufre su terrible destino.
La cámara de la locura
York, Reino Unido
Esta habitación es solo uno de los muchos lugares que conforman el paisaje encantado de una de las ciudades más sangrientas y hechizadas de Europa.
El apartamento tiene más de 600 años y es conocido por el críptico nombre de The Chamber (la cámara). Aunque la cosa no se queda ahí. Algunos visitantes perciben la atmósfera espectral en el apartamento de madera, que culmina con inexplicables golpes en mitad de la noche.
Es una de las joyas de la corona de la que se considera una de las ciudades malditas más importantes del mundo. La que en tiempos del Imperio romano fuera una antigua ciudad fortificada, cuenta con incontables ejemplos de crueldad y muerte a lo largo de su historia: invasiones vikingas, asesinatos y ejecuciones. Una de las historias más conocidas es la del malvado maestro a quien la culpabilidad acabó conduciendo a la locura. En una de las zonas más pobres de la ciudad, a un hombre llamado George se le encomendó la misión de reunir a huérfanos y niños de la calle para llevarlos a un internado llamado Ragged School (la escuela de los harapientos). Las condiciones en las que vivían los pequeños eran miserables y George perdía dinero por cada niño que moría bajo su tutela. Por eso, empezó a esconder los cuerpos de los huérfanos bajo el suelo.
La paranoia acabó corroyéndolo y empezó a beber mucho para acallar los gritos de los huérfanos, a los que escuchaba arañar las tumbas poco profundas en las que los había enterrado intentando salir de ellas. No pudo soportar más la culpa y la locura y terminó confesando a los habitantes de la ciudad que escuchaba voces. Pensaron que estaba loco y acabaron internándolo en un psiquiátrico cercano. Poco después, se ahorcó: seguía escuchando el lamento de los huérfanos. La Ragged School es solo una de las muchas historias de locura y tragedia que aterraron a los habitantes de la antigua ciudad de York.
El apartamento es antiquísimo y parece de otra época. Los fantasmas son bastante amigables y toda la parafernalia de terror es genial. Hay que estar loco para no alojarse aquí.
Jason, huésped de Brighton, Reino Unido
*Todos los alojamientos incluidos en esta publicación aparecen en ella únicamente para ilustrar la idea de unas vacaciones terroríficas. Airbnb no recomienda ni promociona ninguno de ellos, así como ningún otro espacio que forme parte de su plataforma.