Dormir en un mar de olivos: alojamientos para redescubrir el paisaje olivar
Ya sea en una tradicional masía o en un cortijo andaluz, los viajeros podrán disfrutar de la tranquilidad del campo, contemplar los infinitos olivares que se extienden a su alrededor y sentir la brisa suave que acaricia sus hojas.
Ya sea en una tradicional masía o en un cortijo andaluz, los viajeros podrán disfrutar de la tranquilidad del campo, contemplar los infinitos olivares que se extienden a su alrededor y sentir la brisa suave que acaricia sus hojas.
Este verano, los españoles no solo buscan viajar a más ciudades y pueblos que nunca, quieren hacerlo mientras redescubren la vida rural en destinos nacionales con un atributo característico: el paisaje olivar.
Según un informe elaborado por la plataforma Airbnb, cerca de 260.0001 personas se hospedaron en alojamientos situados en Denominaciones de Origen Protegidas de aceite español en 2023, lo que supone un aumento del 15% respecto a 2022 y del 40% en comparación con 2019.
Estos bonitos paisajes han convertido a los pueblos olivareros en destinos populares para escapadas en familia, rodeados de naturaleza y cultura gastronómica. Para que los huéspedes puedan sumergirse en la tradición y serenidad de la campiña española, Airbnb ha revelado una selección de alojamientos donde redescubrir la magia de dormir en un mar de olivos.
Casita de pueblo con encanto
Ubicada en el pueblo de Tárbena (Comunidad Valenciana), Can Elisa es una casita recién renovada que conserva algunas de sus características históricas más icónicas como los guijarros. Durante su estancia los huéspedes podrán relajarse en la terraza rodeados de olivos y almendros.
Oasis de naturaleza
En esta casa en el pueblo medieval de Llofriu (Cataluña), la luz y la naturaleza se cuelan por todos los rincones gracias a los grandes ventanales que protagonizan todo el espacio. La casa también cuenta con una zona ajardinada con piscina, ideal para tardes de verano en familia entre olivares.
Refugio sostenible y autosuficiente
Construida bajo una filosofía sostenible en medio de una finca con vistas espectaculares a la Reserva Natural Garganta de los Infiernos y al Valle del Jerte (Extremadura), esta casa es perfecta para aquellos huéspedes que quieran disfrutar de una estancia de desconexión urbana.
Casa de campo andaluza
Rodeada de más de 2.300 metros de cultivos ecológicos de olivos, almendros y aguacates, esta casa de campo andaluza ubicada en el Valle de los Guajares (Andalucía), es el place to be si lo que buscas es conectar con la naturaleza. Los huéspedes podrán disfrutar de largos paseos entre los olivares y crear recuerdos únicos. Créditos de imagen: @beatrizconstan_textiles
Despierta entre olivares
Encantador e impregnado de carácter andaluz, el Patio es un alojamiento ubicado en el pueblo de Tójar. La casa cuenta con una espaciosa sala de estar, cocina tradicional y los huéspedes pueden disfrutar de su estancia y el maravilloso entorno junto a sus peludos.
Paz, anfitriona de una masía clásica rodeada de Olivos
Paz y su pareja son artistas, se dedican a la escultura. Han vivido en los Países Bajos y Alemania, pero finalmente decidieron mudarse a España, país de origen de Paz, donde se enamoraron de una masía clásica en Sant Joan de Moró (Comunidad Valenciana). Quedaron cautivados por el molino de la propiedad y el entorno, ideal para hacer arte en medio de la naturaleza. Con la llegada de la pandemia, sufrieron un revés económico al quedarse sin una fuente de ingresos principal, y decidieron renovar y poner a punto una pequeña casa adicional que formaba parte de su propiedad para empezar a alquilarla a través de Airbnb. El terreno está lleno de olivares por todas partes y la pareja, que acaba de hacer un curso para aprender a cuidarlos, solía recolectar aceitunas y llevarlas al molino público, donde la cooperativa local las convertía en aceite.
Ser anfitriones es una pasión para nosotros y una labor de amor, estamos encantados de poder compartir este rincón de mundo tan especial para nosotros con los huéspedes, que siempre aprecian la originalidad y tranquilidad del lugar. Los ingresos que obtenemos a través de recibir a viajeros los reinvertimos en las mismas casas, lo dedicamos básicamente al mantenimiento. Por ejemplo, ahora estamos renovando el molino que nos enamoró para conservar la historia de la casa.
Paz, anfitriona