Bernardo encontró en Airbnb una nueva manera de vivir su jubilación

Bernardo tiene 70 años y es jubilado. En Airbnb encontró una nueva opción para obtener ingresos y enriquecer su vida y la de sus huéspedes con el intercambio de experiencias que los años le han brindado en su vida profesional y personal. En su departamento ubicado en Quito recibe huéspedes en su mayoría de Estados Unidos y Europa. 

Todo comenzó hace tres años cuando su hijo le habló sobre Airbnb y la posibilidad de ofrecer su departamento a través de la plataforma. Escéptico y “totalmente pesimista”, como él lo dice, aceptó la sugerencia e inició con la adecuación del lugar para subirlo a Airbnb. Pasaron apenas 8 días y llegó una pareja norteamericana para quedarse por 4 días.

“Mi primera experiencia fue muy enriquecedora porque los huéspedes me dieron recomendaciones y sugerencias que apliqué de inmediato, comprobé que era una muy buena opción para obtener ingresos y acoger a turistas, a partir de ahí no he dejado de recibir personas por lo que ahora solo tengo palabras de gratitud”.

Nuestro anfitrión combina su vida entre Quito, donde está su departamento de Airbnb, y Latacunga, donde actualmente reside. Latacunga es un cantón ubicado a 2 horas y media de la capital, Bernardo vive rodeado de montañas, árboles y un clima frío, escenarios que pronto espera ofrecer a los viajeros que buscan otro tipo de experiencias al tener contacto con la naturaleza única del Ecuador.

“Siempre guardo gratitud porque soy una persona jubilada y uno percibe muchos menos ingresos. La ayuda que me ha dado Airbnb ha sido gigantesca porque tengo huéspedes llegando frecuentemente”.

La calidez de Bernardo y de su departamento hacen que reciba cada vez más huéspedes e ingresos económicos, que a su vez le permiten realizar mejoras para que los turistas se sientan como en casa. Durante los últimos años ha realizado cambios en la cocina, sala, compró una nueva refrigeradora, lavadora y televisor, además mejoró el servicio de internet, que ahora es mucho más rápido y funcional para las seis personas para las que su departamento tiene capacidad.

Bernardo también comparte con los huéspedes información sobre Ecuador, su historia, su cultura, tradiciones. Además resalta el avance y el valor de la gente adulta en el campo del turismo.

“Me interesa fortalecer este turismo que es personalizado y me encanta recibir personas, la única manera en que Ecuador puede internacionalizarse es recibiendo turistas, debemos fomentar la industria sin chimeneas que generan muy buenos ingresos y aporta a la economía local”.

Una de sus mejores experiencias que recuerda fue recibir a una pareja de extranjeros y luego de 7 meses de su partida, recibir a los padres de uno de ellos por su recomendación. Confiesa que fue una sorpresa muy grata. 

“Yo soy dueño de mi tiempo y mi tiempo está para dedicarme a mis huéspedes, a pesar de vivir a dos horas y media de Quito, me entusiasma y me llena de gratitud que lleguen estudiantes, profesores, y turistas, siempre trato de ser recíproco con ellos brindando el mejor servicio”.