“Siendo un poco nómada, aprendes a hacer que la gente se sienta bienvenida”

Irene, anfitriona en Madrid

Irene siempre ha viajado y ha visitado muchos lugares alrededor del mundo. Vivió en Osaka durante un par de años; regresó a sus raíces en Ibiza; y finalmente se mudó a la ciudad de la que se enamoró: Madrid. Esta experiencia nómada le ha enseñado mucho sobre la gente y, en particular, sobre cómo hacerlos sentir como en casa. “Aunque nací en Mallorca, sentí una conexión instantánea con Madrid. Y ahora me encanta compartir esta increíble ciudad acogiendo a viajeros de todo el mundo. Al vivir en diferentes países, he aprendido lo importante que es hacer que la gente se sienta bienvenida“, explica.

Irene, anfitriona en Madrid

Empezó compartiendo una habitación vacía en su casa para ayudar a pagar la hipoteca. “Pero entonces descubrí que era una buena manera de conectar con huéspedes de otras culturas y compartir experiencias con ellos“.

Uno de sus lazos más fuertes fue con Seon-Me, una viajera coreana que vino a Madrid a recibir clases de cocina y terminó quedándose tres meses en la casa de Irene. “Nunca olvidaré las largas conversaciones que tuvimos cenando con una copa de vino… Me dijo que sentía que éste era su segundo hogar“.

La política es la otra pasión de Irene. “Llevo el activismo en la sangre, por eso ahora participo en la coordinación del Club de Home Sharing de Madrid. Me gusta formar parte de la defensa de cientos de familias y anfitriones que, como a mí, les encanta compartir su hogar con los demás“.

Irene, anfitriona en Madrid